Le sorprendió el día con las legañas en los ojos cielo.
Se los lavó y escabullió el montón de pelo claro en una tiesa cola alta.
Nadie la escuchaba, según ella.
Pero lo cierto es que el sol pasaba horas y horas
intentando descifrar las palabras de esa chica de ojos caídos y tristeza inexplicable.
Gritó y gritó. Gritó más no poder.
El sol no se sabía a venir. ¿Le gritaba a él?
Vió la oportunidad y no se lo pensó dos veces..
Soltó un rayo.
Lo dejó caer lenta y cuidadosamente..
iluminando así, la clara cara de la joven.
*
1 commentaire:
iluminando, iluminando, iluminando.
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